No arden al someterlas a la acción de una llama, retrasando la acción del fuego.
Una pintura ignífuga debe:
- Mantener la estabilidad y capacidad en la cara expuesta.
- Resistir térmicamente las temperaturas previstas.
- Ser estanca al paso de las llamas o gases calientes.
Los métodos de protección más empleados son:
- Aplicación de pinturas intumescentes.
- Proyección de morteros aislantes.
- Forros con placas aislantes.
Existen:
- Pinturas ignífugas: las que autocombusten en contacto con el fuego pero sin propagar llama.
- Pinturas intumescentes: a partir de cierta temperatura reaccionan y producen espumas termo-aislante que retrasan el calentamiento del elemento (su aspecto final es muy basto, por lo que precisa una capa de acabado con pintura ignífuga).
Fuente: E.U.A.T. de Sevilla Materiales II